6- Y por último, otro importante pilar para mi tiene que ver con abrir las ventanas, abrir las puertas y permitir que aparezca todo lo que nos nutre, todo: hábitos de vida, relaciones, conexiones, a qué le dedico mi tiempo, a quién se lo dedico y abrir, aprendiendo a manejar el zoom. Saber de qué y de quién me tengo que alejar, porque no me dan autoconfiazna y a qué y a quién me tengo que acercar porque me llenan de positividad y energía que me da confianza. La sabiduría del zoom es algo que la edad te va regalando y cada vez lo encuentro más importante.
Eso es algo de mi experiencia. Como mujer, que ha recibido grandes mandatos sobe exigencia, poco a poco voy aprendiendo que el camino tiene que ver con pasar de la sobreexigencia a la integridad. Donde no hay cánones, yo soy el único canon de mi misma. Donde aprendo a utilizar bien las palabras básicas de la vida: SI y No. A qué, a quién y cuándo, digo SI y a qué, a quién y cuándo, necesito aprender a decir NO, para poder desplegar la luz que yo soy. Y eso no tiene ninguna excusa.
Aprender a poner en pie de guerra a mi guerrera para a marcar los límites, a mi maga, para recrear, reinventar, proponer, iniciar y hacer de cualquier oscuridad la antesala de una nueva posibilidad. Conectar con mi reina, mi soberana y saber que en mi territorio yo soy dueña, soy soberana y también un poco con la bruja, y sus ungüentos, sus intuiciones, y sus artimañas.
Creo que algo de esto ha sido puro aprendizaje sobre lo que significa construirme desde la autoconfianza, un camino que siempre queda por delante.